¿Qué pasaría si los dioses fueran reales en nuestro mundo, pero nosotros los viéramos como enemigos? Wonder Woman: Tierra Muerta, la nueva serie de formato DC Black Label que ECC Ediciones ha publicado recientemente en España, está escrito y dibujada por Daniel Warren Johnson, un autor que recientemente ha llamado la atención del público comiquero con obras como Extremity y Murder Falcon. Y que aquí se ha reafirmado como uno de los creadores más interesantes de los próximos años.
Cogiendo como premisa una guerra nuclear que ha devastado y diezmado a la humanidad y también ha acabado con los superhombres y los héroes, Diana Prince se presenta como la única superheroína que podría defender al último bastión de los humanos, quienes han retrocedido considerablemente su evolución y viven encerrados en una comunidad totalitaria, violenta y primitiva ante el miedo de esas bestias deformes y caníbales que están asesinando a los humanos con total impunidad.
Similar a lo que vemos en Ataque a los Titanes pero sin trajes de maniobras tridimensionales que permitan pelear contra esas bestias infrahumanas de la Tierra, Wonder Woman: Tierra Muerta nos muestra a una muy vulnerable Princesa de Themyscira que parece volver una y otra vez a sus orígenes y que tendrá que lidiar una vez más con la pregunta de qué precio debe pagar emocionalmente como amazona para cumplir la promesa de defender a la humanidad. ¿Qué pasa cuando los dioses se hacen reales en nuestro mundo, pero nosotros les hemos dado la espalda?
Uno de los mejores cómics de Wonder Woman de todos los tiempos
Wonder Woman: Tierra Muerta, de Daniel Warren Johnson, es una de esas historias fuera de la continuidad del Universo DC que tanto gusta a los lectores. Sin embargo, el guionista y dibujante ha sabido comprimir en esa trama clásica de Elseworlds una personalidad clásica de la Princesa Amazona tan característica que es inevitable pensar que, quizás, esto no sea un Otros Mundos. Quizás sea la última historia de Diana ante la última batalla de la humanidad no contra unos monstruos deformes y terroríficos, sino contra el verdadero enemigo que siempre han tenido: ellos mismos.
Patty Jenkins, en la película de Wonder Woman (2017), utilizó una premisa similar usando la Primera Guerra Mundial como telón de fondo y empleando a Ares, Dios de la Guerra de la mitología griega, como elemento narrativo parejo a los sucesos de lo que denominaron como "Gran Guerra". "La guerra que acabará con todas las guerras". Ja. Suena hasta cómico después de todo lo que hemos vivido durante el Siglo XX y lo que estamos viviendo actualmente. Pero ellos lo creían de verdad. Creían en la esperanza.
La esperanza es eso que mueve a Diana Prince en su regreso a la realidad durante Wonder Woman: Tierra Muerta. Congelada en el tiempo como si del Capitán América o Phillip J. Fry de Futurama se tratara, la Princesa de Themyscira vuelve a un presente completamente descorazonador. Tanta desesperación asola un mundo de bestias humanas y no tan humanas que Diana tendrá que tirar de sus recuerdos para rememorar aquello que la puso en marcha hace tanto tiempo. Aquella promesa tan lejana en la que prometió ser el escudo de la humanidad. A pesar de los pesares.
En ese sentido, Daniel Warren Johnson ha cogido el origen clásico del personaje y lo ha trasladado a un mundo no tan clásico para poner a Diana en una situación verdaderamente terrible: hacer que ella misma se dé cuenta de que todo aquello por lo que había luchado, todas aquellas promesas que había realizado, no sólo han sido dinamitadas, sino que han provocado la situación que la humanidad vive ahora. La situación que ha llevado a su pueblo a la desaparición.
Son muchas las pérdidas con las que tiene que lidiar Wonder Woman en este cómic tan alucinante, que tiene un ritmo cinematográfico impropio del dibujo deforme y surrealista que Daniel Warren Johnson propone. Las páginas se van pasando con una velocidad vertiginosa, con escenas que van desde la fantasía épica hasta el género de superhéroes, provocando que el lector crea que está delante de un cómic de Conan el Bárbaro protagonizado por Diana Prince en el futuro. Podría ser Red Sonja, pero su traje nos hace recordar que es Wonder Woman constantemente.
Pero es que Themyscira, el origen del personaje y la personalidad característica de Diana nos llevan una y otra vez a darnos cuenta de que estamos delante de un cómic de Wonder Woman. No sólo eso, sino uno de los mejores cómics de Wonder Woman que recordamos. Pocas veces hemos sentido a Diana tan vulnerable como aquí, tanto física como emocionalmente. La construcción psicológica que ha llevado a cabo el guionista roza la perfección, llevándola de un lado a otro sin pararse a pedirle disculpas, sin sufrir por ella, sin desdibujarla hasta el límite.
Aquí no estamos delante de un personaje llevado al extremo y casi irreconocible como el Superman o el Batman de Zack Snyder. Estamos delante de Wonder Woman, de la que podría ser su última historia y de la que es una de las mejores tramas que ha tenido que afrontar el personaje. Un reto mayúsculo que ponen de manifiesto dos hechos ineludibles: Diana Prince sigue siendo uno de los mejores superhéroes que ha parido DC Comics y Daniel Warren Johnson se ha ganado a pulso ser uno de los guionistas y dibujantes más reputados del presente.
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