El nombre de Frank Miller y Daredevil están íntimamente relacionados. Es cierto que Miller ha hecho mucho en los 80 y 90 por el mundo del cómic en general, y a otros héroes tanto de Marvel como de DC, pero es indudable que a Daredevil le ha aportado muchísimo. Tras más de una década desde su creación, Miller se puso al frente del personaje dejando unos años gloriosos. Fue ahí, entre finales de los 70 y principios de los 80, cuando hizo su debut Elektra, se ahondó en la preparación de Matt en las artes marciales desde joven a manos de Stick o se generó la gran rivalidad con Kingpin. Años después de esa etapa, Miller regresaría para dejar el icónico “Born Again”, que marcó un antes y un después y es considerado por muchos como una obra de arte.
Ante todo ese precedente, era obvio que de tener que volver a reinventar los orígenes del personaje, no podía haber mejor candidato que Frank Miller para contar una historia sobre cómo surgió Daredevil. Estamos hablando de la miniserie “Daredevil: The Man without Fear” compuesta por cinco números y que ayudó a darle un nuevo aire al personaje, hasta colocarla como la verdadera historia de origen del superhéroe sin miedo—de hecho sirvió de inspiración para la serie de Netflix—. Aunque publicada entre 1993 y 1994, es una historia que ayuda a entender mucho mejor las historias del personaje que se contaron en los 80. Ahora tenemos la oportunidad de disfrutar de este ya clásico entre los clásicos gracias a la línea Must-Have de Panini Comics.
“Daredevil: The Man without Fear” se mueve en dos momentos temporales. La infancia/adolescencia de Matt Murdock, desde el momento en el que vive con su padre, tiene su accidente y pierde a su padre; y los comienzos de su madurez, como un recién licenciado abogado que está buscando su lugar en el mundo. Dos momentos claves de la vida que marcan el futuro de lo que uno será en el futuro, y en el caso de Matt, el superhéroe en el que se convertirá.
Esta historia es Frank Miller en estado puro. Todo lo que aquí vemos hila con lo que se contó una década antes (y que cronológicamente se sitúa después), pues tenemos muchos de los elementos, y sobre todo personajes. Es un viaje hacia el interior de Matt Murdock para conocer qué le motiva, que le mueve, qué siente, sus emociones, el control de sus instintos y cómo evolucionan sus habilidades, para al final verlo asumir la identidad de Daredevil. Como buena historia de orígenes, aquí estamos todavía alejados del superhéroe, pues precisamente esa miniserie viene a explicar cómo se construye la figura del Hombre sin Miedo.
En esencia, la miniserie viene a cubrir los huecos que hay desde el accidente que deja ciego a Matt y su conversión en Daredevil, modificando algunas cosas por el camino, entre otras cosas, eliminando por completo el traje amarillo y rojo con el que debutó en los cómics, además de cambios a nivel de su historia o la relación con su padre. Lo que en el argot se denomina retcon, y que puede cabrear a algunos fans, pero creo que podemos perdonar por todo lo que suma el cómic.
Es innegable que es una historia sólida. Un relato que engancha desde su comienzo —más a mí que soy gran amante de las historias de orígenes—, y es impresionante la gran cantidad de “perlas” que Miller va soltando a lo largo de los cinco números, pero son quizás esos elementos que va soltando aquí y allá lo que puede desubicar. Es decir, si cogiésemos este cómic como primera aventura de Daredevil sin saber absolutamente nada de nada del personaje, se nos puede quejar cojo. Un ejemplo, el caso de Elektra. Ella aparece en el cómic, ocupando además buena parte de las viñetas, y sabemos que es una figura trascendental en la vida de Matt. Miller quería transmitir con este cómic que desde incluso antes de que existiese Daredevil, ya Elektra marcó la vida de Matt. Sin embargo, su presencia en el cómic es excesiva teniendo en cuenta lo poco que aporta a nivel argumental. Una existencia en las páginas más que comprensible para un lector veterano pero que a un lector primerizo del personaje le parecerá simple relleno.
Por poner algún “pero” más a la propuesta de Miller, es que nos muestra a un Daredevil demasiado “poderoso”. La magia de Daredevil es que han desarrollado con tanta perfección sus cuatro sentidos restantes que incluso para la mayoría puede parecer que puede ver, pero en estas páginas le llegamos a ver hacer según qué cosas que se escapan de lo que cualquier persona humana sin poderes puede hacer, y máxime, teniendo en cuenta que estamos en su etapa inicial. Un “pero” insignificante teniendo en cuenta que hablamos de un cómic, sin olvidar lo espectacular que es verle hacer esas cosas.
Es un gran cómic incluso en el arte, pues aunque no soy muy amante de los dibujos de John Romita Jr. (me superan esos rostros tan “cuadriculados” que tanto le caracterizan), esta miniserie es uno de sus trabajos que me gustan. El diseño de Elektra es perfecto, combinando desenfado, locura y sensualidad, y la Cocina del Infierno que aquí vemos respira ese temor que pide a gritos un Daredevil que la cuide. Igualmente, Romita se marca alguna que otra splash page soberbia, como esa que pone fin a la miniserie.
En resumidas cuentas, una gran historia, bien escrita, con buenas ilustraciones y de lectura obligada para cualquier fan de Daredevil y/o cualquier persona interesada en conocer en detalle el personaje. Un claro must-have para nuestra biblioteca.
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